Fue la primera mujer canonizada por la Iglesia Católica de procedencia americana. Nació en una familia de clase alta, aunque siempre se esforzó por mostrar un perfil bajo y humilde. Se destacó especialmente por ser una gran lectora, por supuesto de la Biblia pero también de novelas y toda clase de literatura.
Nació dos años antes de la Revolución Americana, en 1774, en pleno New York, con el nombre de Elizabeth Ann Bayley. A medida que fue creciendo, fue fascinándose y apegándose cada vez más a la Biblia, a la que llevaba por todas partes. En 1794, se casó muy enamorada con su gran amor, William Seton, también de clase alta. Sus primeros años de matrimonio fueron muy felices y prósperos, expresando ella en su diario que había conseguido, junto a su marido, vivir el Cielo en la carne del mundo. Sin embargo, a los cuatro años de su matrimonio la familia se vio afectada por la tragedia: el padre de William murió y la pareja quedó a cargo de siete hermanastros y hermanastras de William, además de con la obligación de seguir con el negocio del difunto padre.
Sin embargo, eso no fue todo. A los pocos años de la muerte de su suegro, Elizabeth vio que su marido también caía enfermo, de tuberculosis, lo que además afectó negativamente a sus negocios y sus finanzas. La familia se declaró en bancarrota y, en un último intento de mejorar la salud de William, la pareja se trasladó a Pisa, Italia, puesto que allí William tenía amistades de trabajo que los pudieran ayudar. Mas William finalmente murió en Italia, incapaz de mejorar su estado de salud, dejándola sola con sus hermanastros y un montón de obligaciones.
El mayor consuelo de Elizabeth en esos momentos trágicos fue el catolicismo, al que se adherió con todas sus fuerzas. Sola en Italia y con muy pocos apoyos, Elizabeth se doblegó totalmente, con serenidad y sin resistencia, a lo que ella llamaba "la Voluntad": la voluntad de Dios. Se caracterizó por su carácter cuidadoso de su familia, su enorme fuerza espiritual y de voluntad, su educación en el trato personal y su cortesía, y su naturaleza piadosa. Su mayor consuelo era su veneración por la Madre de Dios, a la que consideraba su verdadera Madre y la de todos los hombres y mujeres del mundo.
Su familia en Nueva York, protestante convencida, no estaba nada satisfecha con la elección de Elizabeth de convertirse en el catolicismo, hasta el punto de no desearla de vuelta "por proselitismo". Sin embargo, Elizabeth volvió a América para fundar una escuela en Baltimore, el St. Mary's College. Era un colegio originalmente no denominacional, sin embargo al llegar ella, debido a su ejemplo, su enorme fe y su piedad, empezaron a darse una serie de conversiones al catolicismo. Finalmente, tuvo a su alrededor un grupo suficiente de hermanas que compartían su fe para fundar una hermandad. Elizabeth fundó el primer colegio católico público de América. En 1809, se ordenó adoptando los votos católicos de castidad, obediencia, y pobreza, y pasó a llamarse Madre Seton, con una vida dedicada a la educación de los más pequeños y la difusión de la fe católica.
La regla de su orden se aprobó en 1812, basada en la regla de San Vicente de Paúl. Por aquel entonces, también Elizabeth estaba aquejada de tuberculosis. Sin embargo, eso no le impidió seguir su misión con los más pequeños a su cargo. En 1818, la comunidad de Elizabeth había crecido tanto que ya había podido fundar otra escuela y dos orfanatos. Hoy en día, seis hermandades femeninas relacionadas con el catolicismo en América trazan sus orígenes en el trabajo que hizo Elizabeth Seton.
Su salmo preferido era el Salmo 23, y su devoción hacia las Escrituras, la Eucaristía y la Virgen María permanecieron firmes hasta su muerte en 1821, a la edad de 46 años, a la que acogió con gracia y alegría de ver finalmente al Creador. Fue canonizada en 1975 por el Papa Pablo VI. Se la caracteriza siempre de negro, con las escrituras en la mano, y con el rosario, siempre orando y en conversación íntima con la Virgen María.
Es la madre patrona, para la Iglesia Católica, de los colegios y las instituciones educativas de denominación católica, de las viudas y de los marineros. Es también una mujer que, en los tiempos en los que éstas no tenían muchas posibilidades de llevar a cabo proyectos de importancia sin el apoyo de un hombre al lado, logró todos sus objetivos piadosos y todavía hoy en día es un gran ejemplo de mujer abnegada, luchadora y vital. Toda una heroína victoriana.
REFERENCIAS:
https://www.catholic.org/saints/saint.php?saint_id=180
http://blog.insidetheapple.net/2011/01/saint-elizabeth-ann-seton.html