“Como cachorritos sin dueño, solían pasear solas por los páramos y algunos afirmaban haberlas visto declamando poemas en lo alto de una roca. Aunque lo más raro de todo era que las crías se pasaban el tiempo leyendo y escribiendo. Leían de todo”
¿Quiénes eran esas misteriosas tres hermanas que se atrevían a escribir unas novelas en las que las mujeres no eran seres pasivos y sumisos, sino personas complejas, llenas de ansias y rebeldía y autoconsciencia?
La familia Brontë fue una familia dedicada a la literatura inglesa del siglo XIX. De esta familia resaltan tres hermanas, que rozando la treintena se recluyen en casa huyendo de las rígidas ataduras de la Inglaterra victoriana. Como resultado de esta fascinante historia, nada propia de su época, llegan a escribir obras maestras como 'Jane Eyre' o 'Cumbres Borrascosas' todo bajo un seudónimo masculino. En 'Todo ese fuego' (Planeta), su última novela, Ángeles Caso se adentra en el universo de Haworth, patria de Charlotte, Emily y Anne Brontë. En aquella época una mujer que se atreviera a publicar era vista con una enorme desconfianza, y toda clase de sospechas se abalanzaba de inmediato sobre su reputación. Firmaron con los nombres de Currer, Ellis y Acton Bell, como si se tratase de tres hermanos.
Las vivencias de las tres hermanas rompe con el destino marcado ya que las hijas de un pastor tan sólo podían hacer dos cosas en la vida: casarse o, de no lograrlo, dedicarse a la enseñanza de niñas. Las tres hermanas y su hermano Branwell desarrollan su imaginación para escribir un conjunto de historias cada vez más y más complejas, estando en contacto con un padre muy educado. La confrontación con la muerte, primero de su madre, y luego de sus dos hermanas mayores, los marcó profundamente e influyó en sus obras.
Las tres hermanas, Charlotte (nacida el 21 de abril de 1816), Emily (nacida el 30 de julio de 1818) y Anne (nacida el 17 de enero de 1820) se habían dedicado a la docencia pero también publican poemas y novelas. Sus novelas atraen la atención de inmediato (y no siempre de forma positiva) por su originalidad y la pasión que manifiestan. Solo a Jane Eyre, de Charlotte, le reconocen un éxito inmediato. Pero Cumbres Borrascosas de Emily, luego La inquilina de Wildfell Hall de Anne y Villette de Charlotte, fueron admitidas más tarde como grandes obras de la literatura. A lo largo de 1846, las tres hermanas se encerraron en casa, se repartieron las tareas domésticas para después trabajar en el comedor. Charlotte escribió ‘Jane Eyre’; Emily, ‘Cumbres Borrascosas’, y Anne, ‘Agnes Grey’
Además de ser escritoras llegan a fundar una escuela de jóvenes niñas, la casa parroquial serviría de alojamiento para la "Sunday School" ("escuela de domingos"), el salón de clases.Donde se practicaban la enseñanza de lenguas extranjeras en Bélgica donde podían formarse en francés, alemán y música. Charlotte decide llevar este proyecto gracias a la ayuda de Tía Branwell, que tiene una pequeña fortuna en su patrimonio.
Sus trágicos destinos personales, así como su precocidad, han contribuido enormemente a su reputación y, por extensión, a la de sus familiares cercanos. El 24 de septiembre de 1848, Branwell murió a los 31 años; Emily, el 19 de diciembre de ese mismo año, y Anne, el 28 de mayo de 1849. Los tres murieron de tuberculosis (complicada con otras cosas en el caso del hermano. Branwell). Cuando sus hermanos mayores murieron de tuberculosis, Charlotte siguió como pudo adelante. Dio finalmente a conocer la verdadera identidad de los hermanos Bell. Continuó escribiendo y pudo disfrutar del éxito y del respeto de muchos escritores, a los que asombraba el inmenso talento de aquella mujer diminuta y de sus hermanas muertas. Incluso, a pesar de su edad y de la opinión en contra del reverendo Brontë, se casó a los treinta y siete años con el coadjutor de su padre. Unos meses después, en marzo de 1855, murió a consecuencia de las complicaciones de un embarazo tardío.
Patrick Brontë vivió aún seis años, viendo cómo la fama de sus hijas crecía de día en día y numerosos visitantes llegaban a Haworth en busca de algún indicio que aclarar la razón del misterioso genio de las hermanas Brontë, convertidas ya en mitos de la literatura inglesa. Cuando él falleció en 1861, la familia se extinguió al completo, su hogar, la casa parroquial de Haworth, se ha transformado en un museo convertido en un lugar de peregrinación, que acoge cada año cientos de miles de visitantes de todo el mundo.
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